Un barco lleno de puras mujeres, se encuentran en una isla desierta a unos hombres náufragos, pero la orden de la capitana para poder rescatarlos era que debían amputarles el pe-ne a cada uno, según su profesión.
Pasa el primero y le preguntan:
— ¿Profesión?
— ¡Médico!
— Traigan el bisturí, y zas se lo cortan.
Pasa el siguiente:
— ¿Profesión?
— ¡Carpintero!
— Traigan el serrucho, y rararara se lo cortan.
Pasa el siguiente:
— ¿Profesión?
— ¡Herrero!
Y se lo tumban a puros martillazos pum, pum, pum...
Y en la fila esta Jaimito cagado de la risa, y la capitana le dice:
— Y tú, ¿de qué te ries?, si también te lo vamos a cortar
Y Jaimito le responde:
— Me lo irán a chupar hasta que se me derrita porque yo vendo es helados
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