Un latino sin trabajo consigue un puesto de vendedor en un supermercado pero debe convencer a sus clientes de comprar algo más antes de abandonar la tienda.
El gerente le da el ejemplo mientras atiende a una señora que acababa de entrar:
— Mi querida señora ¿Qué se le ofrece?
— Un limpiavidrios
— Como no, aquí lo tiene, señora... ¿y por qué no aprovecha y se lleva un lustra-muebles, también?
— ¿Y yo para que quiero un lustra-muebles?
— Pues, porque si sólo limpia los vidrios, los muebles se van a ver sucios; pero si los lustra, toda la casa se vera reluciente
— Tiene toda la razón , muchas gracias por su consejo.
Se va la cliente muy contenta , y el dueño del supermercado le dice al latino que atienda a la joven que acaba de entrar, para ver si había aprendido la técnica...
— Buenas tardes, ¿qué se le ofrece, señorita?
— Quiero un paquete de toallas higiénicas
— Como no, aquí lo tiene, señorita... ¿y por qué no aprovecha y se lleva un limpiavidrios y un lustra-muebles?
— Pero que ridiculo! ¿y para qué diablos quiero yo un lustra-muebles y un limpiavidrios?
— Bueno, es que como va a pasar una semana sin hacer el amor, por lo menos aprovecha y limpia la casa.
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